Los Inrocks

En el cuarto y último tomo de su “novela del kirchnerismo”, Jorge Asís vuelve a poner en escena a los agonistas de la era K.

Demasiados pecados estigmatizan a Jorge Asís. Sería largo nombrarlos. Penitente inveterado, el Turco. El origen de las fechorías (aunque las cosas, seguramente, hayan empezado antes, siempre empiezan antes) se remonta a 1980, en plena dictadura, con la publicación de ese libro que el bienpensantismo –siempre pacato, grave, predecible– nunca le perdonó: Flores robadas en los jardines de Quilmes. Esa novela que inicia la serie “Canguros” y con la que Asís, precozmente hinchado las pelotas, empezó a decirle chau al “campito de las letras, ese ambiente literario tan rebosante de enanitos y de canallas” (Zalim en el extraordinario Cuaderno del acostado). Asís solo, entonces. Solo y “neofascista”, como dijo Soriano, “el gordito truhán”. “Acá hay muchos que quieren ser malditos sin hacer ninguna maldad” (Asís en una entrevista). Hizo muchas, Asís, sí. La mejor de todas fue subirse a la comparsa chillona del menemismo. Llegó a embajador, como Claudel. Embajador en la UNESCO, después en Portugal. Hay que estar. Nunca se calzó, sin embargo, el disfraz de maldito, nunca se la creyó. Se lo quisieron poner, pero no quiso. No, gracias, a mí no. Es un “Céline que defrauda”. Para leer a Asís hay que seguir su melopea, su ritmo, la música de su esgrima. Y sus pasajes. La historia de su táctica de guerra. De Villa Domínico a JorgeAsisDigital. Leer la continuidad (antes que el corte). La coherencia Asís. Que existe, está en sus novelas, fáciles de conseguir. Sólo hay que ir a “Literatura argentina”, letra A, en las librerías de viejo. Siempre hay algún Asís al lado de Arlt. Arltiano cien por cien, el Turco. La Argentina es una jauja, sí. Sólo hizo un poco de ruido, rompió tres faroles. Eso le alcanzó para meterse en el bolsillo a miles de canguros, vendió muchísimo. Se cansó de vender. Fue la envidia de muchos (entre ellos de Osvaldo Lamborghini). Después volvió al llano, a la lona. Viviendo con los dólares ahorrados. Resucitó en el menemismo. Se acomodó. Después volvió a quedar cesante. Desde hace varios años trabaja de opositor.

El kirchnerismo póstumo es el fruto de ese trabajo. El cuarto tomo de “la novela del kirchnerismo”. La edición en papel de las notas que desde 2005 viene escribiendo para su portal, JorgeAsisDigital. Un libro, sobre todo, para fans o seguidores (Asís es, también, desde hace tiempo, un tuitero magistral, práctica que está detrás de la sintaxis apretada, aforística, de la novela del kirchnerismo), lleno de guiños, por momentos hermético, por momentos irresistiblemente cómico. Porque lo de Asís fue siempre la risa. La risa y el lenguaje, “su distrito”. La gracia. La gracia que sus enemigos no tienen. Lo demás no importa. La realidad política es un grotesco campo de batalla, una comedia fabulosa. Más allá de las imposturas ideológicas. Algo que los idiotas jamás van a entender.

Mariano Dupont

JORGE ASÍS

El kirchnerismo póstumo

(Planeta)

368 páginas