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28 junio, 2011 | | Sin Comentarios »

La historia de Justin Vernon, el hombre que se puso como alias “buen invierno” en francés, se contó muchas veces cuando el de Wisconsin dio a conocer ese debut sorpresivo que fue For Emma, Forever ago, en 2008. Apenas después de haberse alejado de DeYarmond Edison, banda folk con la que grabó un único disco, y herido de muerte luego de un fracaso amoroso, se encerró en una cabaña de su ciudad, alejado de los mortales, viviendo con lo justo y necesario, y ahí se sacó de encima aquel discazo. Enseguida, su folk despojado, sus canciones entonadas a pleno falsete, comenzaron a dejar huella, tanto que terminó en la lista de los mejores lanzamientos de aquel año. Tres años después, Vernon está de vuelta, con algunas diferencias marcadas.

Para este disco homónimo, Bon Iver dejó de ser un barbudo en una cabaña soltando lamentos, para convertirse en el nombre de una banda, que tiene en sus filas, entre otros, a Colin Stetson y Greg Leisz, dos de esos músicos de sesión que tocaron con todos. Así, la música de Justin Vernon ahora sigue apoyándose en la voz –que alterna el falsete con una más cavernosa: otra novedad–, pero revestida y adornada con arreglos de banda, que manejan la intensidad y le dan una estructura algo más colorida a un estado de ánimo que sigue teniendo la misma melancolía. Los rasgueos tímidos de guitarra y esos finger-picked que lo colocaban al lado de gente como Iron & Wine, Bonnie “Prince” Billy y hasta de Micah P. Hinson, son reforzados por otro tipo de recursos, que van desde efectos en la voz (en la hipnótica “Hinnom”), un tratamiento por momentos épico, con vientos y percusión a toda orquesta (en el alucinante díptico inicial con “Perth” y “Minnesota, WI”) y hasta colchones de teclados (como en “Calgary”, que podría encajar en el Your Blues de Destroyer, o en el desconcertante final con “Beth/ Rest”, donde suena a Spandau Ballet). Otra intensidad, el mismo ánimo, el mismo invierno. / Javier Diz

(Jagjaguwar)